Todos alguna vez sufrimos el «ahogo» por culpa de un vaso en una carrera. Porque el vasito es casi el único que aparece solo en carreras y casi nunca en un entrenamiento.
Hay que conseguir que el vaso adopte la menor superficie de espejo de agua para que no se nos mueva tanto al momento de hidratarnos. Por esto, aplastar la boca del envase nos ayuda bastante. Como todo, requiere un poco de practica.